En consonancia con la tendencia del mercado internacional de buscar empresas y productos más sostenibles, la industria brasileña del calzado ha ido avanzando en este ámbito. En otras palabras, por más cliché que sea, la sostenibilidad es un camino sin retorno para los players que quieren seguir siendo competitivos en un escenario cada vez más competitivo.
Para acompañar el progreso de estas prácticas en la industria del calzado, Abicalçados realiza una encuesta anual a las empresas que actúan en el sector. En 2023, según el estudio en el Informe Sectorial - Industria del Calzado, se registraron avances y se detectaron puntos que aún deben mejorarse en relación con las prácticas ASG - Environmental, Social and Governance.
Con el objetivo de certificar e incentivar la adopción de estas prácticas, Abicalçados, junto con la Asociación Brasileña de Empresas de Componentes para Cuero, Calzados y Artefactos (Assintecal), creó el programa Origen Sostenible, única iniciativa en el mundo para certificar empresas en el área de la sostenibilidad. "En un mercado cada vez más competitivo, especialmente con los productores asiáticos, la divulgación de acciones en línea con los derechos humanos y la preservación del medioambiente se ha convertido en una herramienta competitiva", dice el CEO de Abicalçados, Haroldo Ferreira, señalando que la industria asiática aún no está muy avanzada en las prácticas ESG. "Los tres mayores players asiáticos, China, Vietnam e Indonesia, por ejemplo, no han ratificado importantes convenios relativos a la jornada laboral, los sueldos o las políticas sociales", añade.
En el ámbito social, la diferencia entre los productores asiáticos y la industria brasileña del calzado queda ilustrada por la ratificación de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), organismo de la ONU cuyo objetivo es promover el trabajo digno en todo el mundo. De los 191 convenios de la Organización, Brasil ha ratificado 98, mientras que China ha ratificado 28, Vietnam 25 e Indonesia sólo 20. "Entre los principales productores de calzados del mundo, tenemos la industria más preocupada por el medioambiente y con las mejores prácticas sociales", concluye Ferreira. En una clasificación de 192 países realizada por la OIT, Brasil ocupa el 11º lugar entre los países con más convenios ratificados. China sólo ocupa el puesto 125, Vietnam el 143 e Indonesia el 152.
TESS: comunicando sostenibilidad
Fundada en 1967 como tienda de ropa Cantão, TESS, que fabrica cerca de 30.000 pares diarios de marca Kenner -27.000- y Redley -3.000- en Campina Grande/PB, es una de las empresas comprometidas con las prácticas ESG. Certificada en el nivel más alto de Origen Sostenible, Diamante (más del 80% de los 104 indicadores alcanzados), el grupo TESS ve en sus prácticas una forma no sólo de ayudar a preservar el medioambiente y dar dignidad a las comunidades, sino también de aumentar su competitividad. El año pasado, la empresa inició su expansión internacional utilizando la sostenibilidad como herramienta de marketing. Actualmente exporta alrededor del 5% de su producción a países de Asia, Europa y América, viene utilizando la marca Origen Sostenible para comunicar la preocupación de la empresa por esta cuestión, cada vez más valorada en los mercados internacionales en los que opera. La marca se aplica incluso a las cajas de los productos exportados. Para 2024, el grupo prevé un crecimiento de la producción del 10%, apoyado por un aumento en la exportación.
El gestor de sostenibilidad del grupo TESS, Marcos Gross, afirma que la empresa se preocupa con ESG. "Pero antes del Origen Sostenible, no teníamos nuestras iniciativas organizadas y tabuladas. El sello nos ha ayudado con la gobernanza empresarial y también ha apoyado el crecimiento de las acciones de sostenibilidad", afirma. Uno de los hitos de la empresa en este ámbito es el Proyecto Redefinir, que formó al primer grupo de 80 jóvenes en situación vulnerable en Campina Grande, que se unieron a sus 2.400 empleados. En el marco del proyecto, se busca a los jóvenes in loco en los barrios desfavorecidos de la ciudad, en colaboración con las asociaciones de vecinos. Una vez seleccionados, reciben 2.000 horas de entrenamientos en los ámbitos productivo, cultural, social y ambiental. Según Gross, tras recibir el entrenamiento, la mayoría de los jóvenes se integran en la plantilla de la empresa, lo que les proporciona un futuro mejor para ellos y sus familias. El segundo grupo, que está iniciando su entrenamiento, contará con más de 120 alumnos. "De este modo, estamos ayudando y también creando un banco de talentos que serán absorbidos por la empresa", afirma el gestor.
En el área ambiental, Gross destaca el uso de energía 100% limpia a través del Mercado Libre y la reutilización de las materias primas utilizadas -que vuelven a la producción o pasan por un proceso de mezcla y se envían a la industria cementera-. Según el directivo, actualmente la reutilización de materias primas en la producción se sitúa entre el 50% y el 60%, y el resto se envía a la industria de la construcción. Para 2026, el objetivo es reutilizar internamente el 100% de las materias primas. "Para lograrlo, invertimos constantemente en tecnología. Recientemente hemos recibido cinco máquinas de moldeo por inyección que ya están en funcionamiento y reducirán el volumen de residuos en al menos un 50%", afirma Gross. Otro punto de atención es con los proveedores, porque según Gross de nada sirve que la empresa esté alineada con las prácticas ESG si no lo están los demás eslabones de la cadena. "Damos preferencia a los proveedores sostenibles. Para 2030, nuestro objetivo es que el 100% de ellos actúen de acuerdo con las prácticas ESG", proyecta.
Marluvas: impacto social y concienciación
Con una producción de 52.000 pares de calzados de seguridad al día, Marluvas es uno de los mayores empleadores de la pequeña localidad de Dores de Campos/MG, un municipio de poco más de 10.000 habitantes en el que el fabricante emplea a 1.300 personas de la ciudad y de la región. Además de su importancia para el desarrollo económico y social de la ciudad, Marluvas se enorgullece de su total integración con la comunidad en la que opera, un pilar fundamental de la sostenibilidad. En este ámbito, el fabricante de calzado de seguridad realiza frecuentes donaciones a escuelas de fútbol, bibliotecas y equinoterapia en niños con autismo.
Otro aspecto importante de la actuación social de la empresa es la sensibilización de la comunidad local. "Conscientes de que tenemos que sensibilizar a la base de la sociedad, tenemos un proyecto que lleva a profesionales del medio ambiente a las escuelas locales para tratar temas medioambientales y también lleva a adolescentes a ver la planta de producción y todo lo que se hace en favor de la sostenibilidad", explica el responsable de sostenibilidad de Marluvas, Emerson Leão.
Según Leão, la sensibilización también es una herramienta utilizada internamente, con su personal. "Nuestra comunicación interna transmite gran parte del mensaje sobre la importancia de la sostenibilidad. Tenemos mensajes en tablones de anuncios, a través de grupos de marketing por correo electrónico y grupos de WhatsApp, e incluso en una aplicación que creamos y a la que acceden nuestros empleados", afirma.
En el ámbito medioambiental, lo más destacado de la empresa es la reutilización de los residuos industriales. Según el gerente, cada mes se devuelven al proceso de producción más de 20.000 toneladas de recortes de cuero. En cuanto a las demás materias primas utilizadas, Marluvas informa de que se reutiliza casi el 100% del poliuretano (PU) y el 100% del PVC empleados en la producción de suelas. Los recortes de espuma se utilizan para fabricar tapicerías y las cajas de cartón que de otro modo se desecharían son recogidas por empresas de reciclaje.
Actualmente certificada en el nivel Plata de Origen Sostenible (más del 40% de los indicadores alcanzados), Marluvas entiende que la sostenibilidad es un viaje constante y por ello buscará la certificación en el nivel Oro en 2025. "También trabajamos duro con nuestros proveedores para que realmente tengamos una cadena de suministro sostenible. Tras nuestra certificación de Origen Sostenible, esta política se ha afianzado aún más en la cultura de la empresa", concluye Leão.
Tip Toey Joey: sostenibilidad para los niños
Tip Toey Joey, fabricante de calzado infantil de Franca/SP, es otra empresa destacada en lo que se refiere a prácticas ESG. Fundada en 2004, la empresa produce diariamente unos 1.500 pares de calzados por las manos de 250 empleados. Las exportaciones representan alrededor del 20% de la producción total y se destinan a mercados de Estados Unidos y países de Europa y Asia.
La fundadora y co-CEO de la fabricante, Ana Claudia McInerney, destaca que el concepto de ESG es fundamental para garantizar que la sostenibilidad se incorpore de forma sistémica e integral como directriz de la empresa en el presente y a largo plazo. "Para nosotros, estos esfuerzos no sólo mejoran el desempeño ambiental y social de la empresa, sino que también fortalecen la marca y la diferencian en el mercado", afirma.
Entre los aspectos más destacados de la empresa en el ámbito ambiental se encuentran el uso de energías limpias en todas las áreas, la priorización de materiales sostenibles en la producción de su calzado y accesorios, la implantación de programas de reciclaje de estopas en su producción y la gestión de residuos. En el ámbito social, la empresa vela constantemente por sus empleados y la comunidad de Francia. "Recientemente reformamos nuestra fábrica, aumentando la ventilación y la luz en el lugar de trabajo y creando un espacio verde donde los empleados pueden disfrutar del aire fresco", dice Ana, añadiendo que Tip Toey Joey también tiene un fisioterapeuta contratado que realiza gimnasia con los empleados.
Uniendo los pilares ambiental y social, el fabricante de calzados mantiene un huerto interno que proporciona diariamente ensaladas para los almuerzos de todos sus empleados. "En cuanto a la integración con la comunidad, hemos llevado a cabo con frecuencia actividades filantrópicas apoyando proyectos culturales locales, promoviendo eventos con actores locales, círculos de conversación y un programa de donación de calzado", añade.
Certificada con el nivel Plata de Origen Sostenible, Tip Toey Joey enumera los objetivos de sostenibilidad a corto, medio y largo plazo. Según Ana, se ha creado un comité interno de sostenibilidad, formado por representantes de distintos departamentos de la empresa. El comité ha enumerado los siguientes objetivos: reducir la generación de residuos en 1,6 toneladas al año; realizar un inventario de emisiones de gases de efecto invernadero y desarrollar un plan estratégico para reducir/compensar las emisiones; plantar y mantener 300 árboles; apoyar a los proveedores para que obtengan la certificación ESG; formar al menos a 80 empleados al año en cursos y formación; donar 1.000 pares de calzados, 850 libros infantiles y 300 kilos de alimentos al año; promover que al menos el 50% de los puestos de liderazgo estén ocupados por mujeres; entre otros. "Nuestro objetivo es alcanzar el nivel Oro de Origen Sostenible en dos años", proyecta la empresaria.
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